Ayer vi el viento
Ayer vi al viento, pero no me quiso hablar.
Pasó muy bien arreglado, y con cara de preocupación... seguro iba con prisas. ¡Siempre tiene pendientes! Por eso nunca se le encuentra.
Ojalá que pronto tenga tiempo de relajarse, de sentarse en una banquita
bajo un árbol.