Nos buscamos a tientas desde el otro lado del mundo
De repente sintió una presión en el pecho, fuerte, punzante... justo en medio del diafragma.
Grandes gotas de sudor frío le recorrían las sienes y su respiración se apretaba... La garganta cada vez más cerrada le cortaba el aliento, desgarrándole más con cada bocanada.
El forense dió su veredicto tras analizar al finado: parece que no pudo con tanta poesía -concluyó-.