Pensarse la vida
Cuando me sentí envejecer, se me enraizaron los miedos.
Al fracaso, al tiempo... A la prisa, y al sosiego.
A lo correcto, lo incorrecto... a lo conveniente... y a lo que me permito.
A mi deteriorado raciocinio, y de mi raciocinio a los ojos de otros.
Del perdonarme.
Del no.
No, hay cosas que no puedes.
Acéptalo, acéptate...
Acéptate así, con miedo, la vida es un segundo... y luego regresas...
A fin de cuenta has estado más tiempo muerto que vivo.